martes, 4 de febrero de 2014

Madre...

Madre mía, eres hermosa, tierna y perceptible cuando quieres mostrarte...
Tu amor de Madre conmueve al más terrible pecador.
A aquellos que te buscan y a los que recién te descubren.

María..., María Madre mía..., María...

Repetiría estas palabras sin sentido del tiempo...
Así lo haré cuando esté en el Paraíso...

Gracias por tu "sí"...
Gracias por ese Hijo hermoso...
Por tu amor y compañía...
Por tu incansable Misericordia.

Madre de bondad, no me dejes Madre mía...
Ayudarte debo sin pausa a salvar almas.