lunes, 16 de noviembre de 2015

Ofrecimiento

Hoy, Señor, te ofrezco este dolor de espalda que me limita en mis funciones.
Que me obliga, a guardar descanso, a pesar de mi terquedad por cumplirlas.
A mí, Señor, que me gusta estar activa,... aunque
no siempre cumpla con todas mis responsabilidades...

Te ofrezco, Señor, este sufrimiento, de cuerpo y alma.
Porque no pude ir a la misa el domingo,...
porque no pude recibir el Pan de Vida.

Todo te lo ofrezco, Señor, por la conversión de los pecadores,
de los más temibles: de los que atacaron la ciudad de París,
sembrando muerte y dolor, con la excusa de seguirte, Dios mío.

Tú que dijiste: Pide y recibirás, yo te lo pido, Señor, en mi pobre humanidad.
Por el inmaculado corazón de María, nuestra Madre, que sufre lo indecible
ante tanta crueldad. Escúchame, Señor!

Tú has querido darme este tiempo de reposo, para tu mayor gloria.
Para que yo, desde mi enfermedad, deje de pensar en mi propia voluntad.
Para que en oración constante, Tú me fortalezcas.
Y pueda esta sierva, con un granito de arena, colaborar por la salvación de los hombres.