sábado, 31 de diciembre de 2016

Gracias Señor!

¡Gracias, Señor por todo lo que nos diste este 2016!

Por tu Amor y Misericordia.
Por tu Luz.
Por tus abrazos y caricias.
Por tu perdón.
Por cada oración.
Por las correcciones recibidas.
Por tu infaltable compañía.
Por nuestras conversaciones.
Por mis debilidades que me enseñaron que nada soy sin Ti.
Por las alegrías y tristezas.
Porque en cada una pude reconocer tu misterio de salvación.

Gracias te doy por todo lo que no me diste Señor...
Sólo quiero lo que tú quieres para mí.

Dos cosas te pido para este 2017:
Que sea yo tu soldado fiel que combata por Ti y la Verdad,
con la caridad como baluarte y la humildad como escudo.
Y que mi corazón, mi mente y mi alma jamás dejen de amar.

¡Gracias, Señor!




En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: 
«¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?» Jesús llamó a un niñito, lo colocó en medio de los discípulos,y declaró: «En verdad les digo: si no cambian y no llegan a ser como niños, nunca entrarán en el Reino de los Cielos. 

El que se haga pequeño como este niño, ése será el más grande en el Reino de los Cielos.Y el que recibe en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe. 

El que hiciera caer a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor le sería que le amarraran al cuello una gran piedra de moler y que lo hundieran en lo más profundo del mar.

¡Ay del mundo a causa de los escándalos! Tiene que haber escándalos, pero, ¡ay del que causa el escándalo!

Si tu mano o tu pie te está haciendo caer, córtatelo y tíralo lejos. Pues es mejor para ti entrar en la vida sin una mano o sin un pie que ser echado al fuego eterno con las dos manos y los dos pies.

Y si tu ojo te está haciendo caer, arráncalo y tíralo lejos. Pues es mejor para ti entrar tuerto en la vida que ser arrojado con los dos ojos al fuego del infierno. 

Cuídense, no desprecien a ninguno de estos pequeños. Pues yo se lo digo: sus ángeles en el Cielo contemplan sin cesar la cara de mi Padre del Cielo.
(Mateo 18, 1-10)

jueves, 22 de diciembre de 2016

Poema a Jesús

Qué quiero mi Jesús?
Quiero quererte.
Quiero cuanto hay en mí del todo darte,
sin tener más placer que el de agradarte,
sin tener más temor que el de ofenderte.

Quiero olvidarlo todo y conocerte.
Quiero dejarlo todo por buscarte.
Quiero perderlo todo por hallarte.
Quiero ignorarlo todo por saberte.

Quiero, amable Jesús,
quiero abismarme en ese dulce abismo de tu herida
y en tus divinas llagas abrasarme.
Morir a mí, para vivir tu vida.
Perderme en ti, Jesús, y no encontrarme.

(Calderón de la Barca)



Oración al Señor de la Misericordia

¡Oh Jesús mi dulce amigo!
Cuatro cosas hoy te pido, con mucha necesidad.
Paciencia para sufrir, Fuerza para trabajar,
Valor para resistir las penas que han de venir
y me han de mortificar,
Temperamento sereno para poder resolver las cosas
con santa calma y así tener en el alma
perfecta tranquilidad.
Esto tengo que pedirte, ¡Oh mi Jesús adorado!,
en este día consagrado, para adorarte y servirte.

Amén


Jaculatoria:
Inmaculado Corazón de María,
sed la salvación del alma mía. (3 veces)



miércoles, 21 de diciembre de 2016

¡El Niño ya está cerca!

María está esperando. 
Ha pasado largos días de aquel anuncio del ángel.
Y ya el Niño está por nacer.
¡El Hijo del Altísimo!
... El Emmanuel.

La Madre sueña con el Niño.
Cómo serán sus ojos, su boquita,… sus manos pequeñitas!...
Tiene todo listo: los pañales, su ropita, algunas mantitas…

Falta poco María.
Falta poco para sostener en brazos a Dios hecho hombre.
¡A tu Niño hermoso! … A Jesús, el Mesías.

¡El Hijo de Dios vivo!








domingo, 11 de diciembre de 2016

Palabra de Dios

¡La salvación es de nuestro Dios,
que está sentado en el trono, y del Cordero!
La bendición y la gloria, y la sabiduría,
y la acción de gracias, y el honor,
y el poder, y la fuerza son de nuestro Dios
por los siglos de los siglos.
Amén

(Apocalipsis 7, 10,12)




Meditando con la Palabra de Dios


Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Padre de misericordia y Dios de todo consuelo:
Él nos consuela en todas nuestras luchas,
para poder nosotros consolar a los que están en toda tribulación,
mediante el consuelo con que nosotros somos consolados por Dios.
( 2 Corintios 1, 3-4)




viernes, 2 de diciembre de 2016

¡Que canten los niños!

Si el mundo fuera de los niños ¡qué diferente sería todo!...
Por qué si los adultos deberíamos hacer lo correcto, no lo hacemos??
Cristo Jesús, ten piedad de los niños! Que alcen la voz!!


Que canten los niños
(Jose Luis Perales)