martes, 19 de noviembre de 2013

Buenos días

Señor,... gracias por este día en que nos encaminemos mirando a la eternidad...
Gracias por la fe, por tus llamados, por el ángel custodio que acompaña nuestros pasos.

Tu amor y Misericordia lo abarcan todo Señor..., ya no más condenados...
No más incrédulos, no más ingratos, no más soberbios y orgullosos...

Enséñanos de ti, que eres manso y humilde...
Y que el paso por esta vida no transcurra apartado de tu corazón...

Que María, la inmaculada Madre que te cobijó en esta tierra, sea quien nos conduzca a los brazos de tu Amor.
Y que nuestros hermanos sufrientes y angustiados descubran que su fatiga y cansancio encuentra su fin en el cáliz de tu Redención.

Gracias por todo Señor, porque por ti el cielo tiene las puertas abiertas.

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