jueves, 26 de febrero de 2015

Guillermo

Hoy quiero agradecer al Señor por habernos enviado a un hombre
que decidió dejarlo todo por amor.
Renunciar al matrimonio, a engendrar hijos, verlos crecer,
reir con ellos,...
pues descubrió en la Voz del Señor, el llamado del Amor.

La Luz que jamás se apaga y que no lastima al ser observada,
lo invitó a seguirla, ... a recorrer un camino desconocido,
... pero seguro.

Aquella brisa sobre Sus cabellos lo acariciaba en cada sonrisa...
Sus ojos claros y profundos se posaron sobre los suyos.
Sus manos... se extendían...,  como buscando alcanzarlo.
Y la Expresión que anunció la libertad de elección,
se convirtió en el dardo encendido que atravesó su corazón.

Hoy, dos años después, aquel momento viaja al presente cada día.
Al ritmo de la imposición del Alba y la Casulla,
Él se hace presente en silencio.
En Aquel Silencio bendito que lleva a Encontrarlo.

Y Sus ojos claros y profundos, ... se posan sobre los suyos.
 


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