lunes, 14 de noviembre de 2016

Este es el Cordero de Dios

"Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme".

Momento sublime de la Santa Misa!!...
El sacerdote presenta a Jesús ahora escondido en la hostia.
Lo eleva y lo muestra a los fieles.
Algunos caen de rodillas. Otros se mantienen de pie.
Algunos otros quizás ni lo notaron...

Se ha dicho mucho sobre ésto.
Como que no es necesario arrodillarse, porque no es obligatorio...
Posición tal vez válida para algunos que también aman y reconocen al Señor.

Lo cierto es que para mi, estoy oyendo que dicen:
Aquí está Jesucristo. Éste es. Helo aquí! En Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
Y es entonces que mis rodillas se doblan para adorarlo. Para amarlo!
Para decirle con la humildad que me permite mi pobre humanidad:
"Te reconozco como mi Salvador.
Señor, no soy digna de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme".
... Enseguida pido por la fidelidad del celebrante.

A pesar de que en innumerables ocasiones me han hablado de este momento, de que no es necesario arrodillarse, de que la misa debe tener uniformidad...
No encuentro la manera de mantenerme en pie, cuando el sacerdote muestra la Sagrada Forma y dice que en realidad es el mismo Señor...

Jesús, Hijo de David, ten compasión de todos nosotros.
Tu Sangre fue derramada por la humanidad entera.
Muéstranos tu Misericordia y danos tu Salvación.








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