miércoles, 10 de julio de 2013

Tú, Señor...

Señor, el amor con el que me dices: "Te perdono,...siempre eres bienvenida en mi corazón..." - es para mí la prueba indudable de que estás aquí... en mi corazón,... junto a mi piel,... en lo más profundo de la esencia del aire,... el cual respiro y me da la vida,... vida eterna,... pero felicidad también terrenal.

Eres la fuerza imposible de ocultar,... la energía que nos empequeñece y nos susurra que somos inmensos merecedores de tu Misericordia,... por quienes lo entregaste todo,... lo sufriste todo,... lo permitiste todo...

Señor, voy tras de ti como la oveja que anduvo perdida por largo tiempo y al fin encuentra a su pastor...
Como los pajarillos que siguen a sus padres al aprender a volar,... y que aún habiendo aprendido a volar, buscan siempre un árbol donde poder descansar.

Eres mi motivo, mi vida, mi motor,... mi gran Salvador Señor!!




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