Fuente: http://www.corazones.org/articulos/testimonios/rosario_bombaatomica.htm
El Santo Rosario: Mas poderoso que la bomba atómica
Testimonio del Padre Schiffer S.J., sobreviviente de Hiroshima.
Testimonio del Padre Schiffer S.J., sobreviviente de Hiroshima.
Milagro del Rosario en Hiroshima: del 6 de agosto de 1945
Durante la Segunda Guerra Mundial dos ciudades japonesas fueron destruidas por bombas atómicas: Hiroshima y Nagasaki.
Durante la Segunda Guerra Mundial dos ciudades japonesas fueron destruidas por bombas atómicas: Hiroshima y Nagasaki.
En
Nagasaki, como resultado de la explosión, todas las casas en un radio
de aprox. 2.5 Km del epicentro fueron destruidas. Quienes estaban dentro
quedaron enterrados en las ruinas. Los que estaban fuera fueron
quemados.
En
medio de aquella tragedia, una pequeña comunidad de Padres Jesuitas
vivía junto a la iglesia parroquial, a solamente ocho cuadras (aprox.
1Km) del epicentro del epicentro de la bomba. Eran misioneros alemanes
sirviendo al pueblo japonés. Como los alemanes eran aliados de los
japoneses, les habían permitido quedarse.
La
iglesia junto a la casa de los jesuitas quedó destruida, pero su
residencia quedó en pié y los miembros de la pequeña comunidad jesuita
sobrevivieron. No tuvieron efectos posteriores por la radiación, ni
pérdida del oido, ni ningúna otra enfermedad o efecto.
El
Padre Hubert Schiffer fue uno de los jesuitas en Hiroshima. Tenía 30
años cuando explotó la bomba atómica en esa ciudad y vivió otros 33 años
mas de buena salud. El narró sus experiencias en Hiroshima durante el
Congreso Eucarístico que se llevó a cabo en Filadelfia (EU) en 1976. En
ese entonces, los ocho miembros de la comunidad Jesuita estaban todavía
vivos.
El Padre
Schiffer fue examinado e interrogado por más de 200 científicos que
fueron incapaces de explicar como él y sus compañeros habían
sobrevivido. El lo atribuyó a la protección de la Virgen María y dijo:
"Yo estaba en medio de la explosión atómica... y estoy aquí todavía,
vivo y a salvo. No fui derribado por su destrucción."
Además,
el Padre Shiffer mantuvo que durante varios años, cientos de expertos e
investigadores estudiaron las razones científicas del porqué la casa,
tan cerca de la explosión atómica, no fue afectada. El explicó que en
esa casa hubo una sola cosa diferente: "Rezábamos el rosario diariamente
en esa casa".
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