Gracias Señor porque puedo escribir una vez más!
Los días pasados han sido muy difíciles...
Mi madre estuvo interna en el hospital desde el domingo 26 de Mayo al Sabado 01 de Junio.
Y fueron días de fuerte prueba en la Fé.
Al lado de su cama pude conocer el sufrimiento de otros, pues ella, con el favor de Dios, evolucionaba bastante bien... Y aquello descubrió lo mejor de mí...
A través de la ventana se mostraba imponente la Cruz de la Parroquia aledaña y fue el motor de mi Fuerza.
Me concentré en imaginar que sobre una semejante dio su Vida el Salvador. Y que no fue fácil, puesto que sufrió grandemente por amor a la humanidad.
Qué me tocaba hacer entonces a mí?...
Quedarme sentada cuando a mi madre no se le ofrecía nada y simplemente centrar mis oraciones solamente en pro de su curación?...
No.
Lejos de aquello, Cristo en su Espíritu Santo, me pidió que también hiciera "algo" por los demás...
Conocí a una mujer que acompañaba a la madre de su novio. La cual nunca había aprobado su relación con ella.
Esta señora tenía aproximadamente 85 años, hacía como 9 que se encontraba postrada en una cama sin poder controlar los movimientos de su cuerpo, víctima de las secuelas de una fuerte cirrosis y diabetes.
Las razones por las que llegó a quedar así no las conozco y no es la intención de este post asustar a nadie que padezca de estas enfermedades... en todo caso, sacar lo positivo: Cuidar nuestra alimentación, siempre de la mano de Dios.
Enterada de su historia, sentí el impulso de ponerme a los pies de Margarita, y elevar unas plegarias como si salieran de su propio corazón.
Antes, por supuesto, se lo sugerí a María, su "nuera", quien inmediatamente aceptó.
Y en cuestión de segundos nos encontramos dirigiéndonos al Señor...
Yo expresando y ella repitiendo...
Margarita nos miraba... los escasos segundos que sus ojos pordían permanecer en un solo punto...
Sólo Dios sabe lo que habrá pensado,... sentido... pero lo que yo sé, es que nuestras palabras lograron disminuir su miedo,... su soledad...
Cuando fue cambiada frente a la estación de enfermeras, pensamos que era para cuidarla más de cerca...
Pero no fue así,... fue porque faltaba poco para su partida...
Efectivamente,... Margarita se fue a los dos días...
Cuando pienso en ella, ruego al Señor por su eterno descanso... porque sé que tuvo preparado un lugar para aquella morada eterna.
Los méritos son del Espíritu Santo...
Y cómo puede el Espíritu Santo actuar a través nuestro?...
Acaso podemos ser así de merecedores?...
Sí. Podemos serlo,... en la medida en que nuestro Corazón ame y busque con todas sus fuerzas a Cristo Jesús...
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