viernes, 9 de agosto de 2013

Salvando almas


La misa es la oración de oraciones.
Y es en el momento de la transubstanciación, en que podemos hacer la más grande de las peticiones: La salvación de las almas.

En el momento en que el sacerdote repite las palabras:
"Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo que será entregado por vosotros".
Tomad y bebed todos de él, porque este es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía"...

Repite en tu corazón:

"Señor mío, Dios mío, 
que tu Santa Redención me lleve al cielo 
y a todas los que morirán hoy".

De esta manera estarás orando por la salvación de las almas que partirán aquel mismo día. 
Jesús, en su infinita Misericordia, infundirá un toque de gracia a aquellas almas, para que antes de su muerte puedan clamar al Señor por el perdón...
Claro está que no todas aceptarán,... pero las que sí...
Y tú habrás ayudado a que eso sea posible!

Imagina si vas todos los días a misa...






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