“El
Señor nos ha dado muchos días de sol y ligera brisa, días en los que la pesca
fue abundante, pero también momentos en los que las aguas estuvieron muy
agitadas y el viento contrario, como en toda la historia de la Iglesia y el
Señor parecía dormir”.
“Siempre
he sabido que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino Suya y no
la dejará hundirse. Es Él quien la conduce, por supuesto, a través de los
hombres que ha elegido. Esta es una certeza que nada puede ofuscar. Y es por
ello que mi corazón está lleno de agradecimiento a Dios, porque no le falta a
toda la Iglesia, ni a mí, su consuelo, su luz y su amor”.
“Un
Papa no está sólo en la barca de Pedro, aun si es su primera responsabilidad y
por esto quiero dar las gracias a todos los que me han acompañado. Nunca me he
sentido sólo para cargar las alegrías y el peso del ministerio petrino”.
“He
dado este paso consciente de la gravedad y de su novedad, pero con una profunda
serenidad. Amar a la Iglesia significa también tomar decisiones difíciles, sufridas,
teniendo siempre en cuenta el bien de la Iglesia y no el personal”.
“Hoy
vemos cómo la Iglesia está viva, en un momento en que muchos hablan de su
declive”.
“No
regreso a la vida privada, a una vida de viajes, encuentros, recepciones,
conferencias, etc. No abandono la cruz, sino que permanezco de una manera nueva
ante Cristo Crucificado”.
“No
tengo más la potestad del gobierno de la Iglesia, pero en el servicio de la
oración permanezco, como quien dice, en el recinto de San Pedro”.
Para mí, una lección de humildad y obediencia a la voluntad de Dios.
Como saben, el hombre propone y Dios dispone...
Como saben, el hombre propone y Dios dispone...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si deseas dejar un comentario puedes hacerlo aquí.