Fuente: http://www.fatima.org/span/prayer/jo-pg031.asp
San Cirilo de Alejandría, Padre de la Iglesia, usaba tres
ilustraciones para mostrar la unión de amor con Jesús en la Sagrada
Comunión: "Quien recibe Comunión, es hecho Santo y Divino en cuerpo y
alma, del mismo modo que el agua puesta sobre el fuego, hierve. ... La
Comunión obra como la levadura que se mezcia con la harina, haciéndola
levantarse ... Igual que derritiendo dos velas juntas se obtiene una
sola pieza de cera, así yo creo que uno que recibe la Carne y Sangre de
Jesús, se funde con El por esta Comunión, y el alma descubre que uno
esta en Cristo, y Cristo esta en uno."
Por
esta razón, Santa Gemma Galgani hablaba maravillada de asombro acerca
de la Unión Eucarística entre: "Jesús, quien lo es todo, y Gemma quien
no es nada." En extasis exclamaba: "¡Qué gran dulzura hay, Oh Jesús, en
la Comunión! Yo deseo vivir en Tu abrazo, y morir en Tu abrazo." Y el
Beato Contardo Ferrini, escribio: "!Oh, Sagrada Comunión! ¡Alturas
indescifrables que el espíritu alcanza! ¿Qué cosa tiene el mundo que
iguale estos gozos puros, celestiales, estos sabores de Gloria Eterna?"
Existe
en la Sagrada Comunión otro valor que ha merecido nuestras reflexiones,
y es en referencia a la Santísima Trinidad. Un día, Santa María
Margarita de Pazzi estaba arrodillada con los brazos cruzados, entre las
Novicias, después de la Comunión. Elevó sus ojos en direccion al Cielo,
y dijo: "Oh Hermanas, si tan sólo pudiéramos comprender el hecho de que
mientras que las Especies Eucarísticas permanecen dentro de nosotros,
Jesús está ahí, trabajando en nosotros, inseparablemente del Padre y del
Espíritu Santo, y por lo tanto, toda la Santa Trinidad esta ahí ..." No
pudo terminar de hablar, porque se quedó perdida en el éxtasis.
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