Ayer fue un día hermoso.
Se celebró el día de la Divina Misericordia. Y luego de la misa acompañamos en procesión al Señor.
Resultó impactante porque mientras más lo veía, mientras más le hablaba y rezaba, más vivo lo sentía.
El Señor Jesús nos pide que acudamos al manantial de Misericordia que nos tiene preparado, ésto es acercarse a la Imagen Santa que le pidió a María Faustina que pintara para ser venerada, de donde Él mismo derramaría sus gracias a toda alma que así lo pidiera.
Ya en el transcurso de los años su Imagen fue ampliamente difundida, y como Él mismo aclara, el valor de la Imagen no está en las manos del artista, sinó en su gracia...
Acércate a la Divina Misericordia,... háblale,...cuéntale cómo está tu vida,...hazlo parte de ti,...y te aseguro...no,...te garantizo que descubrirás al Señor, al Todopoderoso, que sólo quiere rescatarte, ayudarte a caminar juntos por esta vida y presentarse, para que en la próxima no te sea desconocido. Para que en la eternidad seas uno más de sus grandes amigos a quien recibirá contento y satisfecho por haber llegado a su Reino.
Cristo es paz, es amor, es perdón, alegría, fidelidad, compañía, consejo, sabiduría, consuelo, esperanza y vida eterna...
Llámalo, y él no demorará en responderte.
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